sábado, 3 de febrero de 2018

Casquivana

Le gusta estar en la cresta de la ola. la elegante señora se pavonea por la avenida acompañada por su guepardo atado con una fuerte correa. No hay peligro, porque le ha hecho limar los dientes y las pezuñas, que ahora son romos. Luce un modelito a la última moda y, como accesorio, una echarpe de piel de zorro.
El terapeuta le ha dicho que para logar un completo equilibrio emocional, deberá hacer una dieta vegetariana. Y sí, mejor, pensó la señora, porque le impresiona comer carne animal. Por eso, cuando salió de la galería comercial, se compró una banana, que le da mucha energía. Está un tanto frágil.
Debe apurarse porque tiene turno con el veterinario, quien le dirá cuál es el momento preciso para la ejecución de su mascota. El modisto famoso le confeccionará un sacón de piel de guepardo. Es furor la moda "animal print", pero ella prefiere material auténtico, ¿No le parece?

Espejismos

Está sentado en su mecedora. Tiene la mirada turbia. ¿Qué ve?
Una figura grácil pasa frente a sus ojos. Es que ella no hace otra cosa más que despertar los deseos, uno tras otro. Se le despiertan de pronto, lo rodean y él se ve obligado a ahogarlos restregándose los ojos.
Ella es engañosa, un poco benigna, otro poco perversa. Le da todo, pero al cabo de un rato, él va transformándose en su esclavo 
Es todos sus sueños, y cuando la ve pasar, una tierra vacía se extiende hasta el horizonte. Días iguales, tardes eternas y noches tan largas. Todos sus sueños van a esconderse detrás de las nubes.
Ahora, todos sus deseos son ya recuerdos. 


La niña tiene deseos. De repente se ruboriza; siente fiebre en sus sienes y en las entrañas. Duda y en su mente acalorada tiene recuerdos, escucha consejos y piropos irreverentes, pero ella sabe. Deberá esperar otra primavera, cuando sus caderas se fortalezcan, cuando su cintura se afine, cuando sus senos se redondeen, cuando sus labios se abran como un pimpollo florece en el amanecer.