lunes, 28 de febrero de 2011

Penélope. Nuevos tejidos.

Hay tantas siglas que aprendimos, que aprehendimos y que apropiamos, que ya algunas pasaron de moda y otras están en plena vgencia. Entre PIR y Plan Social Educativo, pasando por PROMSE y Escuelas Prioritarias, desviando luego por PROMEDU, vamos ahora por el Plan de Mejora, y sigue... Reunión de equipos directivos, Supervisores, ETAP y Secretaria Pedagógica.
-Tengo que hacer la rendición contble de los fondos recibidos -la directora Ana Pincén de Dávila Castro y Samaniego comenta con pesadumbre - No me coinciden las boletas y me falta el CUIT de la librería...
-Acordate que los fondos deben usarse sólo para los rubros ejecutables -alcanza a poner un bocadillo el director Daniel Rondeau, entre otras voces femeninas chillonas e histéricas.
-A mí me rebotaron el resumen de gastos, porque compré una computadora para la secretaría. No es un rubro autorizado, pero la necesitábamos -se lamenta Noelia Dalmasso.
-Bueno, pero ahora nos convoca el PEI, el nuevo formato y la fecha de presentación -anunca la supervisora Teresita Vallejos.

-Norma, no me vino!! -Johana, la alumna de 1º 4º le informa a su preceptora.
-¡Y el té de perejil, tampoco sirvió?
-Ni las pastillas que me dieron en el hospital...

-Los padres autoconvocados ocupan desde este momento el edificio de la Delegación Regional -desde el móvil de FM "El andino", anuncian.

-Los chicos de 1º2º tomaron ayer el refrigerio en el recreo largo y todos comenzaron a la noche con vómitos, mareos y cólicos -afuera, las cámaras de TV graban entrevista con la madre de uno de los damnificados.
-Se está produciendo en estos momentos, una sentada de los alumnos del conocido CEM de la calle Sayhueque -transmite un periodista.
-¡Se está organizando una marcha hacia el centro de la ciudad -otro notero informa.
-Es una "rateada masiva" -considera la directora Nancy Calfuleo.

-¡Despertate, Gastón!
-¿Por qué no me deja de romper...???
-Lavate la cara y volvé rápido.
-Por qué no volviste enseguida?
-Me fui afuera a fumar un porrito...

-Pero, Sra., mire, no podemos permitir que su hijo se conduzca de esa manera, ¿entiende?
-¿Acaso no saber que es un chico con ADD, que no tiene freno inhibitorio y que le da sueño? -la madre de Felipe lo defiende.
-En esta escuela no se practica "felipecentrismo", Sra.
-Voy a hacer una presentación ante Educación, porque acá Uds. no cumplen los mandatos de la inclusión, como dice la Ley Federal de Educación. La exclusión de los diferentes es in-con-ce-bi-ble! -da un portazo y se retira.

Informo a Ud. las acciones llevadas a cabo en relación con la alumna María B. de 2º3º:
-Entrevista personal a cargo de la Psicóloga; la alumna confiesa ser víctima de violaciones desde los 8 años, por parte de su padrastro.
-Informe pedagógico, a cargo de la Pedagoga.
-Síntesis de datos actitudinales y conducta, a cargo de la Preceptora.
-Citación a la madre, quien confirma los dichos de su hija y manifiesta vejaciones a ambas, bajo amenaza con picana eléctrica doméstica, en estado de ebriedad. (El padrastro es electricista desocupado)
-Denuncia ante Jueza de Menores, por parte de la Asistente Social.
-Se sugiere a la Sra. madre que efectúe la denuncia correspondiente ante la Policía y ante Minoridad y Flia.
-Taller grupal en 2º 3º sobre Violencia Familiar y Derechos de la mujer. Pasos a seguir. Todo, a cargo del Prof. de Educación Cívica, Psicopedagoga y preceptora.

domingo, 27 de febrero de 2011

Penélope. Más tejidos.

Se suceden indicaciones, una serie de tareas que no pueden postergarse.
-Hay que llevar urgente la correspondencia a Delegación, porque no vendrán a retirarla hoy. La camioneta oficial no tiene combustible.
-Y mandar las cédulas de notificación por el sumario administrativo, a causa del robo en el CEM de calle Urquiza.
-Chicas, manden un e.mail a todas las escuelas con las indicaciones para el concurso de directivos.
-Y elevar la pila de designaciones del acto público pasado.
-Hoy tiene que salir la disposición de autorización para salidas pedagógicas.
-¡Ah!, y no olvidarse de enviar a la Vocalía Gubernamental la respuesta a su nota...

-Quiero hablar con la Supervisora -irrumpe intempestivamente un sujeto.
-¿Qué necesita, Sr.? -ignora a la secretaria y se da a conocer. También su "chapa"
-Si Ud. no le da el pase a mi sobrina, haré una presentación ante el Dto. de Legales del Consejo Provincial de Educación -amenaza. Y todas sospechamos que la señora que lo acompaña no es su pariente, sino la amante del abogado.


-¡Ring. Ring!.
-Apedrearon toda el ala sur del edificio, anoche. Catorce vidrios destrozados -la directora Silvia Gaiman, con voz desencajada aúlla en el teléfono.
-Y además, ahora se llevaron las Islas Malvinas -furiosa.
Ella recuerda que antes, del mapa de la República Argentina, al ingreso del local escolar, el que propagandiza "Plan 700 escuelas", habían sacado la Antártida y Tierra del Fuego.
Ironías del federalismo. Se refuerzan con "TKM,Lucas" escrito en grandes letras rojas de norte a sur del territorio nacional. En el mar Argentino, un gran falo, en pintura roja.

Desde el armario de Dirección, suenan los celulares que se le habían confiscado a los chicos, y que no habían sido apagados.
-Pero si la profe de Plástica usa su celular en clase, mientras nosotros tenemos que hacer las "huevadas" de la perspectiva... ¿Me va a devolver el mío? ¿No me habrán gastado el crédito, no?
-Yo no mandé mensajitos con los resultados de los ejercicios de Matemática. Compruébelo, si quiere -dice otro alumno.

En la radio de la oficina, la FM local informa que el Gimnasio Municipal Nº 2 estará cerrado hasta nuevo aviso, por reparación de la caldera.
Otro comunicado del servicio social anuncia que se autoconvocan los Centros de Estudiantes para definir "acciones a seguir... en defensa de la escuela pública".
-Estamos trabajando en el tema de los baños del CEM de la calle 25 de Mayo. Esperemos que mañana puedan reiniciarse las clases. El Sr. Secretariodel Subdelegado de Mantenimiento y Arquitectura Escolar, estará en contacto con Uds. -la Delegada de Educación responde a las preguntas de la prensa.

-¿Enviamos estos certificados de capacitación? -pregunta la secretaria pedagógica - Son los de "Promoción de la participación ciudadana".
-¿Servirán para que la comunidad educativa se organice? -duda la otra asistente.
-¡Ah!, y hablando de capacitación, no voy a autorizar Art. 25º por curso al docente Santiago Croce. Se ha excedido en los días reglamentarios. Además, si después de tanta capacitación, mejorara sus prácticas... pero no hay caso.
-Y el Encuentro de Promoción de la Lectura que planéabamos no tuvo apoyo oficial. ¿Se acuerdan?
-Ni financiero!. Claro, no van a agastar en esas cosas, si no tienen un impacto inmediato. ¿No?

-Profesor, no ha habido cambios positivos en el desarrollo de sus clases, no ha apreciado las sugerencias que le hacíamos, luego de tantas observaciones de clase y de acompañamiento pedagógico.
-Sí, pero los chicos me faltan el respeto, no hacen la tarea...
-Bueno, deberemos iniciar sumario pedagógico, entonces.
-¿Y eso qué es?
-Interviene el Supervisor.
-¡Ah!, entonces, renuncio.

Penélope y sus tramas (en cinco entregas)

Nada anunciaba los sucesos posteriores.
¿Cómo iba a percibir con mucha anticipación lo que le ocurriría? Había que desenredar una maraña que no podía desmarañar, o que desenredaba una a una, cada día, y entonces, se acumulaban nuevos embrollos. En ese trabajo paciente y concienzudo, la araña, o Penélope, la artista del tejido, no llevaba una vida monótona; situaciones variopintas iban tejiendo una trama sólo matizada entre el blanco y el negro.

Listo. Ya está! Prioricemos en orden de emergencias o de prevención. Si hacemos un mapa conceptual, primero hay que resolver esto, y si esto se define, por decantación. los conflictos derivados, tenderán a solucionarse, pero antes habrá que peticionar ante las autoridades, solicitar autorización, buscar en los intersticios de la norma, denunciar irregularidades, presentar propuestas alternativas, cumplir con los plazos previstos, respetar el calendario escolar, hacer firmar el acta a todos los docentes...
¡Uy!, hoy no viene la de Biología, y tampoco el de Inglés. Mejor mando a la portera a la casa de Graciela Jubileo y de Mario Bracamonte, para que firmen hoy, sin falta. No, pero ¡ojo!, que si la portera tiene un accidente en el trayecto, el seguro no la cubre, porque si no es "in itinere" hacia el lugar de trabajo, habrá prevención sumarial para la directora....

Sin embargo, en consecuencia, no obstante, cumplo en elevar, esperando una respuesta favorable, intimo a Ud., hago propicia la ocasión, y por su intermedio, ante quien corresponda, lo saludo con la mayor consideración, por lo tanto, Atte.... y más, y más.
¿No sería más grato leer un poema, una novela de suspenso o cuentos breves contemporáneos, sentada en la oficina de Supervisión? Porque ya se hartó de Antonin Artaud, de los caligramas o del "pez soluble" de André Breton. El surrealismo se vivencia a cada instante, todos los días.

-Sra. el padre de José L. Torres está al teléfono.
-Sí, la directora lo citó por...
-¿Otra vez me está jodiendo? Si el chico sólo tiró la prueba de química al calefactor, porque la vieja lo aplazó; no quiso incendiar el aula... Click!. Tooo -tooo- tooo.

Ya serena, luego de atragantarse con bizcochitos de grasa, anota en su agenda "Reunión de directores" y apunta algunas consideraciones:
-Optimizar el tiempo.
-Organizar el cronograma de actividades en torno al tema.
-Ponerlos a producir y no permitir que la directora del CEM de la calle Tiscornia monopolice la reunión...

-¡Tang! La base de datos de virus ha sido actualizada -una voz con acento español anuncia desde el monitor.
-Sres. Supervisores: solicito urgente presentación del informe de las jornadas institucionales del corriente mes. Secretaría Técnica de Nivel Medio.
-Ayer fue remitido por nota Nº 1078/10 -contesta.

-No hay más cupo telefónico. Los de la oficina de al lado ya lo gastaron. Y recién estamos a día 12! - Marta se lamenta. Un único Nº telefónico se comparte entre tres oficinas y el cupo siempre resulta escaso.
-Bueno, usaré mi celular, entonces.

-Tienen que hacer la denuncia en la Policía y los damnificados, al hospital. Deberá estar todo documentado, porque sino, la ART (aseguradora de riesgos de trabajo) no lo cubre.
Un sujeto encapuchado había amenazado con arma blaca a la bibliotecaria y a un preceptor esa mañana, oscura y fría, cuando concurrían a la escuela.

En el piso de abajo, los tambores retumban. Es una manifestación organizada por los gremios estatales para reclamar por el normal funcionamiento de la obra social.
-"Porque nos descuentan todos los meses y cuando necesitamos cobertura médica, la obra social está cortada..." - el megáfono atruena con insistencia.
-A mi cuñada le deben los reintegros desde principio de año - Alicia recuerda.

jueves, 24 de febrero de 2011

La sangre, la savia.

La sangre no circula, las arterias se taponan y una trombosis indica. ¡Basta!
-Stress -le dicen.
Antes, una vez la sangre sí corrió y el embarazo quedo trunco y no hubo el hermano esperado para las hijas.
Después, mucho después, hubo mucha sangre, cuando Martín la expulsó en un balde y yo, al borde del desmayo, me arremangué y lo quise hacer incorporar, pero no pude, y pedí ayuda al vecino de la vuelta de
la esquina. Parece mentira, cuando uno necesita una mano, no hay nadie. Era un  día soleado, de esos luminosos que invitan al paseo. Adentro, todo era oscuro con olor a enfermedad, con sudor frío de sufrimiento. Y la muerte, mucho más tarde.

Hoy, los anticoagulantes ayudan a que la sangre, mi savia, fluya. Ironías de la vida, como carcajadas burlonas de una máscara, de una pantomima.
Dos amores, irreconciliables, de momento, me espolean. Un amor filiar, familiar, de sangre, y un amor intenso, amante, nuevo.

Retumban debajo de las cortezas, como latidos, fragmentos de la vida, como retazos de una tienda de saldos, que a veces se rasgan como sedas, o se trizan como espejos; otras veces, resurgen renovados.
-Desde que conociste a tu nuevo amor...
-No jugás con tus nietos.
-Joaquín está creciendo, y ya no va a estar más con vos.
-Las nenas quieren compartir más tiempo con su abuela.
-No las invitás más a dormir a tu casa.
-No me voy a someter a nuevos agravios ni sospechas.
-No soy una abuela que teje calcetas sentada en una mecedora.
-No me abrigo la espalda con una mañanita tejida al crochet.
-No uso pantuflas con olor a naftalina.
-Queda sólo en tus manos resolver tu vida futura.
-El tren pasa, y no te subís, lo perdés.
-Me verán plena, risueña, transitando la vida en plenitud
-No podés despreciar un amor tan intenso...

A Tupac Amaru quisieron desmembrarlo los españoles. De piernas y brazos tironearon los caballos. No lo consiguieron. Optaron, entonces, por cortarle la cabeza.

Cortezas de árbol, cortezas del alma

Sacar la cáscara seca de los plátanos para ver la lisura verde claro, que renacía debajo en primavera, era mi obsesión. De chica, niña traviesa, también me divertía al sacar las cascaritas de la rodilla magullada o de los brazos lastimados, para ver la sangre que manaba. ¡Qué placer chuparla, y al día siguiente, ver la nueva piel renovada, como una nueva protección.
-¿Otra vez te lastimaste, Silvita? ¿Qué manía es ésa?
Los trapos humeantes, los fomentos embebidos en té de malva y las insistencias de mi mamá, daban buenos resultados.

Donde vivo no hay plátanos, pero sí hay un arrayán frente a mi ventana, y un abedul en mi jardín. Me entretengo y mientras pienso, rasgo las cortezas anaranjadas canelas, al final del verano, cuando sus florecitas blancas ya se están  marchitando. Y disfruto quitando la cáscara blancuzca y deshilachada del abedul, mientras el polen amarillo vibrante se esparce volando y se deposita blandamente sobre todas las superficies; hace estornudar a los alérgicos, sin pausas.
"La cáscara guarda el palo", dicho popular, que como un escudo nos defiende, ¿de qué? ¿de las agresiones externas? ¿de los amores egoístas?. Las varias capas del corazón también protegen al latido intenso, impulso vital. Sístole, se contrae. Diástole, se relaja. Y la aurícula izquierda -lo aprendí- alberga las emociones, los pudores, el optimismo y todo lo más preciado.

Sacar la cáscara de los troncos en el bosque de eucaliptus, allá, en las pampas bonaerenses, era un gesto que invitaba a la reflexión, a las remembranzas, a explorar debajo de las cortezas para buscar, como un tesoro, lo que pudiera llenar los huecos de la nostalgia.
-¿Seguimos, madre? Ya preparé el mate. Manejá vos.
Era el verano de 2008, yendo al mar, con mi hija, luego de la muerte de Martín.

Cada vez que desprendo una cáscara, una piel, una corteza, es como intentar develar lo más recóndito y exponer sentimientos a "corazón abierto" ...pero queda sólo en el intento.
Simulacros en cada acto. Todos, al fin, resguardan la endodermis de los sentimientos, lo que no se dice con hechos. El hemisferio izquierdo es el único que se pone en evidencia, lo conciente, el raciocinio, la lógica. Corazón frío.Pecho caliente.

Una mano tibia sobre la mano del otro. Una mirada en lo profundo de los ojos del otro. Una caricia suave sobre la corteza fría y rugosa de un pecho que no late.
Un palpitar acompasado junto al otro corazón.
Pecho frío. Corazón caliente.

-Hay una pulsión constante entre el hemisferio derecho y el izquierdo -Gabriela me decía hace unos días.
-Sí, otra capa más arriba, superpuesta, una cicatriz, no deja salir todo lo que se siente; eso cuesta lágrimas y dolor, acá, en el costado, que se agarrota como un puño -le digo- y el corazón ya no es un terciopelo suave; es una tela ajada por rasguños eternos, para descubrir las entretelas del alma...

Esa nuez, el cerebro duro es una corteza rígida que hay que despejar para ver todas esas circunvoluciones e intersticios que no dejan expresar las sensaciones, el inconsciente, las intuiciones. ¿Viviseccionamos?
El lado derecho se resiste, se tapona, no fluye. ¡Hay que buscar una salida!!!

lunes, 21 de febrero de 2011

Cuatro flashes y un mix

Flash 1:
Barría la vereda distraída, lenta, deteniéndome en quitar todo el polvo y las hojas de los plátanos, que, rebeldes, volvían a caer en ese otoño insistente y lejano.
Observaba, medio de reojo, el potrero improvisado en la calle frente a mi casa.
En el centro de la cancha, el chico que me gustaba lucía sus gambetas, compadreando. A veces metía un gol inesperado, y yo barría a continuación, cada vez más frenéticamente, festejando.
Mi madre admiraba mi correcta limpieza, mi pulcritud y obediencia.
El Pato se había convertido una vez más en mi héroe favorito.

Flash 2:
Mar azul, increíblemente azul bajo el brillante sol de abril alicantino.
Resuena en mis  oídos la canción de Serrat: "porque yo, nací en el Mediterráneo"
Hoy está sereno como un lago. No es el mar de las costas chilenas, el contumaz Pacífico que nunca se golpea contra las mismas rocas. No es el mar azul ultramar de las Islas Canarias o el gris aburrido y racional del Mar Caspio.
Me pregunto ¿Cómo se sentirá Teófilo Quispe, el bolivianito que no pudo ver la salida al mar, que se conformó con el inmenso Titicaca, pero soñó con gaviotas y con olas, con anclas, con puertos y prostitutas, con marineros y piratas, con delfines saltarines y peces voladores?

Flash 3:
Críspulo Vargas, qué nombre tan macho!!! Sólo a él podría haberlo mordido una araña pollito. Si lo hubiesen bautizado, por ejemplo Nemesio Gómez, o Perejil Manzano, o Temerindo Juárez no hubiese soportado tal adversidad.
Es bien de machos salvar su vida apelando a la sierra indiferente e implacable!
Ahora, manco y todo, es el héroe de la comarca. Tanto, que la selva lujuriosa lo proteje de futuras alimañas y se abre paso entre mburucuyáes tropicales. Las yararás (o yararases) endulzan y almibaran su veneno.

Flash 4:
Mr. Right, el fogonero, y Mr. Lift, el maquinista, calientan sus existencias con un brandy transgresor, mientras transitan por el páramo irlandés.
¿Qué temores los acecharán en esa noche gélida? ¿Serán los fantasmas medievales, caballeros estoicos persiguiendo al dragón?

                                                               Un mix
El pato patea un penal en la cubierta del crucero del amor, mientras una espigada rubia lo espera con un drink.
El manco Críspulo Vargas corre las olas en su tabla de surf por las costas del Adriático. Ya abandonó el viejo camioncito fileteado que decía: "Cambio suegra por yarará", ahora promociona una marca de motosierras.
¿Y qué hubiese pasado si la araña pollito ataca al dragón?
Quizás Mr. Right y Mr. Lift hubieran podido saborear con satisfacción y sin culpas, un brandy reparador, mientras leen una de piratas, o mejor, una de caballeros.

Vivencias, lecturas, vigilias, deseos, esperanzas, dramas, mitos, todo se licua en la batidora de los sueños, momentos antes de despertar Silvia, en la cama del hospital.

domingo, 20 de febrero de 2011

Sigue el monólogo

También iba con mi mamá los primeros días del mes a hacer las compras y ella compraba esas ricas galletitas que venían en una lata con el dibujo de una nena mostrando su pollera roja y un dulce de leche de un kilo en la caja cilíndrica de cartón y pasábamos a comprar una tela para que ella confeccione un vestidito a la moda según la revista Temporada para niños y yo lucía antes de ensuciarlo mientras iba de su mano a visitar a su amiga Natalia que vivía en la otra punta del pueblo y que las hijas Gloria y Sonia más las primas Nancy Graciela y Perla jugaban a Sábados Circulares y nos disfrazábamos de Violeta Rivas y de Estela Raval y los cinco latinos y yo me pintaba las pecas me ponía el pantalón negro con tiradores y la camisita blanca y con el pelito corto que recién me habían cortado porque el pelo largo hasta la cintura a mis siete años me daba vahídos y mareos cantaba qué ricas son las papas con un poco poco de tomates y el baile del ladrillo y nos poníamos zapatos de taco y carteras y también pelucas y éramos las artistas de la tele y Pipo Mancera anuncia a Johnny Tedesco o a Nichy Jones y bailábamos frente al espejo luego volvía hacia la zona norte del pueblo y me juntaba a la tardecita con los amigos del barrio y yo era Pepita la pistolera y tenía una cartuchera y un revolver de plástico negro y peleábamos con los indios y siempre estaba llena de moretones azules y las rodillas rotas y mi mamá venía con un tazón enlozado lleno de té de malva y un algodón en la otra mano para que me pase embebido en té sobre los magullones y rasguños y yo después me arrancaba las cascaritas y me chupaba la sangre total después salían de nuevo las costritas ésas y una vez mi mamá me salvó cuando Jorgito se enojó mucho porque yo le decía orejudo orejudo por sus grandes pantallas de elefante y le sacaba la lengua y él se puso rojo de rabia y me apretó el cuello hasta hacerme poner violeta y nos fuimos con Robertito él y yo solos a la obra en construcción y me dijo sacate la bombachita y yo me la saqué y él me miró bien con atención y yo le dije que me muestre su pilín y mi mamá entró de repente a buscarnos no porque nos había escuchado pero sospechaba creo y nos dijo que hoy es domingo y no trabajan en la obra y tampoco hay que ir cuando trabajan y que no nos quería ver más ahí y nena mejor andá a sacarte esa pollera que está llena de polvillo te apoyaste en las bolsas de cemento y otras veces el viejo del taller mecánico de enfrente nos hacía subir al paraíso a las chicas para que busquemos pichoncitos de gorrión en los nidos pero yo sé que era para mirarnos las bombachitas viejo verde y todo y me acuerdo en Semana Santa  mi mamá me llevaba al Vía Crucis y había olor feo a incienso y las viejas rezaban y yo me aburría como cuando pasé la comunión con mi lindo vestido de organza y plumetée con vainillas pespuntes y alforzas y la monja me echó a la última fila porque mi compañera Gracielita me ponía su vestido encima del mío y yo se lo corría porque me arrugaba el mío y una vez durante la clase de catecismo la monja vieja dibujó en el pizarrón un corazón que se iba manchando con cada pecado y que eso era el alma y se ponía toda negra si éramos pecadores y yo una vez  confesé que le había robado un terrón de azúcar a mi mamá y tuve que rezar dos avemarías me acuerdo de las castañuelas rojas y los zapatones negros para bailar flamenco y del largavistas de plástico rojo que mi tío me compró en el zoológico de Buenos Aires  y entonces...

-Nos veremos, Silvia, el jueves a esta misma hora -me interrumpió Roxana y yo pensé, mejor, porque estaba cansada de hablar.

Introspecciones I

970 Mitre al fondo no es lo mismo que San Martín 970mi casa siempre impregnada y mi barrio también del sabroso olor a queso de la fábrica de quesos que quedaba a media cuadra y yo me escapaba a la hora de la siesta que me obligaban a dormir yo cuando escuchaba desde mi cuarto los ronquidos de mi papá y los silbidos de mi mamá abría despacito la puerta de la cocina y corría al carco de la fábrica a robar flores de mburucuyá siempre sintiendo el olor del queso y encontes con María Susana y Marta las alemanitas hijas del gerente de la fábrica nos subíamos a los paraísos que en primavera tenían un perfume delicado y nos hacíamos collares con los pistilos violetas enhebrándolos con aguja e hilo cadena y otras veces arriba del plátano de la vereda del vecino espiaba a las viejas chupacirios que iban a la iglesia con sus mantillas negras yo pensaba viejas hipócritas que van a rezar y entonces agarraba las semillas que en abril más o menos ya eran unas borlitas como mandalas llenas de espinillas que se soltaban y yo les tiraba a las viejas en las mantillas algunas blancas otras negras que pasaban hacia la iglesia y ya se escuchaban las campanadas llamando a misa y me acordaba que una de las viejas se peleaba con sus marido y enojada arrojaba por la ventana que daba a la calle el agua de los fideos y una vez le zamó esa agua hieviente a la Yoli que justo pasaba para ir al kiosco a chusmear con la quioskera en ese mediodía candente de verano 32º y otras veces buscaba a Mónica la hija de los gitanos que no vivían en carpa sino en una casa a la vuelta de la esquina y su hermano Rubén nos llevaba a pasear en esas tórridas tardes enancadas en su burra Catalina que no era blanco peludo y suave blando por fuera se diría todo de algodón como Platero ésta era peluda marrón de pelos hirsutos y se empacaba y no avanzaba más aunque la talaneara y daba patadas hacia atrás coces ponía las orejas tiesas también hacia atrás y hablando de animales me acuerdo de la oveja negra que tenía mi papá pastando en el terreno al lado del Club Libertad y que todos los días íbamos en bici y volvíamos con sendas bolsas de arpillera llenas de pasto tierno para alimentar a las gallinas y después yo iba a sacar los huevos cuando escuchaba que la bataraza cacareaba y metía una mano debajo de la gallina para sacar el huevo caliente y me ligaba unos buenos picotazos y bueno no importa porque enseguidita me chupaba la herida y subía al duraznero y me comía uno o dos duraznos calientes a la hora de la siesta o arrancaba una mandarina olorosa y la pelaba en el gallinero corrían todas las coloradas las blancas y las negras y se peleaban por las cáscaras y nos juntábamos con Jorge Hugo y Robertito yo era la única nena a jugar al carnicero en la casita que armamos debajo de la higuera que un día un pampero arrancó de cuajo cuando vino ese viento fuerte después de las nubes negras y entonces se cayó también la casita que teníamos arriba de la higuera pero no importa porque después del chaparrón juntábamos los huesos de osobucobien blancos que quedaban en el gallinero y yo buscaba chauchas que crecían en el cerco de la vecina y robaba algunas zanahorias de la quinta de mi mamá y Hugo traía achicorias del patio de su casa y jugábamos a la verdulería durante la semana después de clases...
-Silvia, has ahondado en los recuerdos de tu infancia. Pareciera que muy feliz -me dijo la psicóloga -nos vemos la próxima semana.

sábado, 19 de febrero de 2011

Son veces, son cuandos...

Cuando llueve, a veces,
se derrumban las paredes,
cuando llueve, a veces,
crece el pasto,
pero siempre son veces,
son cuandos.
Y siempre debe haber
un yo para que sea,
y siempre debe haber
un tú para contártelo
¿No?

Un día,
cuando coincidan
el camino con la plaza,
me contarás
todo eso que ibas a contarme,
o tal vez, no me cuentes nada,
porque estás en otra plaza,
en otro cantero,
o con otras flores,
o con otras no flores,
en franca contravención
a las normas
¿No?

O tal vez
no me cuentes nada,
y estaremos,
nada más,
como están el árbol,
o el río,
pegados a la tierra,
en silencio,
con la naturalidad
de lo que es
y nada más,
¿No?

Fue un tiempo largo,
me acuerdo,
pero para el final,
me voy olvidando,
como se olvidan
los ancestros,
como se olvida el mundo
de sí mismo,
hasta que queda
sólo una niebla,
que cubre, salvadora,
la semilla que quedó enterrada,
allá lejos, miserable,
la cual brotó y hoy crece
fuerte, hacia el futuro,
Y así, como la brújula,
que irracional busca el norte,
vivimos a diario,
tratando de salvar
un poquito de nosotros,
de rescatar un pelo,
una gota de sudor,
una mirada,
un amor,
una sonrisa,
¿No?

domingo, 13 de febrero de 2011

Marche una de aventuras

-Una de muzza con morrones y un cortado mediano para la mesa 12!!!- el mozo iba despachando.
Esa mañana había sentido un hambre voraz. Necesitaba, además, satisfacer el ansia de clarificar ideas, ciertos indicios, algunas claves, y encontrar los caminos apropiados.

Desde la terraza del apart-hotel, besé a Juan y me despedí hasta la noche, con la promesa de volver para preparar la cena: pollo al horno con papas doradas.
Iba a pasear en bici con Sofía hasta llegar a la explanada de la meseta, allá arriba.
Todavía me perseguían algunas páginas del suplemento del diario que había hojeado y "ojeado", y que se me desarmó cuando una ráfaga trajo un soplo de aire helado. Un turista chileno me había recriminado por sacar el diario del lobby.
A poco de andar, la cuesta iba empinándose; el sendero estaba angostándose cada vez más, y la maleza avanzaba al ritmo de los pedales.
No puedo precisar si transitábamos por la selva valdiviana, por esas sendas marcadas para arribar al pie de algún volcán. Arriba, los altos e imponentes raulíes; abajo, sotobosque salpicado de chilcos, amancay y zarzamoras. Rojos, amarillos y morados explotando entre el verde intenso.
O tal vez, paseábamos por el altiplano entre Bolivia y Perú, Racqui o La Raya, no sé.
Recuerdo que al borde del camino, entre los bosques de quiñoa, las lianas y las matas, asomaban orquídeas de los más asombrosos colores, salvajes "alegrías del hogar" (su hogar era la selva, no los viveros o los shoppings)
Cuando paramos, porque a Sofía se le salió la cadena, dejé mi bici azul, salté un hilo de agua y trepé para alcanzar una flor solitaria, bellísima, una humilde violeta. Pero resbalé y me incorporé con esfuerzo.
Creo que en ese momento perdí la lleve. Se habría ido por la cascada que caía torrentosa. El camino ascendía, se angostaba más y más. A un lado, la barranca húmeda y florida; al otro, un precipicio de un verde pino profundo, inconmensurable. Las copas de los árboles se veían difusas.
Luego tuve yo un desperfecto. Esta vez el manubrio se aflojó. Tiré mi bici, busqué a Sofía, que ya no estaba, grité y mi grito se repitió en la altura.

El eco me transportó a un amplio espacio, luminoso, de luz natural. Una piscina irregular de aguas celestes transparentes invitaban a nadar. La arquitectura circundante era similar a Casa-Pueblo, o algo así.
Sola, me sumergí plácidamente. El agua iba a refrescar mi cuerpo cansado y sucio de tierra, sudor y aventuras. Nadé hasta la otra orilla; me deslicé sinuosamente por el fondo. Nadie me veía.
Buceé hasta llegar a la escalera del borde profundo. Encontré una pelota amarilla y grande. Retocé como un delfín entrenado para recibir los aplausos del público. Desnuda, me di cuenta que llevaba un pañuelo azul atado a mi cuello, aquel que hacía tiempo había perdido, el que solía usar como accesorio de las coqueterías más sutiles. Recordé que me lo había puesto porque hacía juego con mis ojos y con la bici azul. Me alegré.
Una empleada del complejo trajo en una bandeja mis anteojos de leer. Me los acercó. Reí debajo del agua, para que no me descubrieran. ¡Qué picardía!, no eran antiparras, eran mis anteojos de lectura. La miopía avanzaba a "ojos vista".
Seguí lanzando la pelota amarilla hasta que detrás de una fuente de aguas danzarinas y chorros sulfurosos, divisé al hombre que no había visto que había estado espiándome en silencio.
Avergonzada, nadé rápido hasta la escalera más próxima para escapar. En el borde había otro par de anteojos de lectura de marco de carey que sonreían brillando al sol. Los quise tomar, por esa manía cleptómana que sigo teniendo con los objetos que me atraen y me divierte robarlos, y gozar más aún, si no me descubren.
-Son los míos -el hombre se apresuró a decir con acento extranjero inidentificable.

Estaba oscureciendo; una luz se veía al fondo del túnel vegetal. Llegué a una casa humilde, acogedora, plena de luz y macetones colgantes, que rebosaban de malvones y amarantos, como las casas alicantinas o los patios de Lisboa.
Subí las escaleras, patinosas de musgo y verdín. Llegué a una sala con recibidor. Sus ocupantes, aparentemente me esperaban. Ya conversaban con Sofía.
-Las buscaré mañana por el hotel para hacer la entrevista -la anfitriona acordó la cita. Era periodista de la revista "Aire y Sol" -Iré con un fotógrafo, a las 9 -remarcó.
Nos indicaron pasadizos con escaleras umbrías. Tendríamos que pasar por patios y viviendas de varios pobladores.
Tras una apariencia modesta, se percibía camaradería y calor de hogar. Todos eran hospitalarios y afectivos. Al pasar, rapiñé un dentífrico que estaba en el lugar equivocado, no en un botiquín, sino entre regaderas, tiestos y baldes.
Los geranios rojos y violáceos insistían en mostrarse en toda su plenitud, como en las galerías de las casas sevillanas. Sus guiños me distrajeron y no presté más atención a las recomendaciones par continuar el camino hacia la meseta. Confiaba en que Sofía había entendido y sería la guía más competente.
Sin embargo, a poco de continuar, nuevamente la perdí de vista.
Las escaleras descendían más y más. Me impacienté; resbalaba tratando de asirme a los ladrillos fríos y musgosos. Quería subir, porque al final del pozo alcanzaba a ver un resplandor. Debía ser un aljibe, porque reconocí el sonido de pequeños terrones o piedrecillas que caían al agua profunda y oscura.
Más me esforzaba por subir, más me desesperaba.
La claridad, allá arriba, sería mi salvación.

Cuando logré, al fin, aferrarme al brocal, una ancha escalinata conducía al salón central. Sofía estaba llegando.
En primer plano, una gran mesa, finamente tendida sobre un mantel de lino blanquísimo con vajilla y cristalería modernas, auguraban una cena reparadora.
-Deberé bañarme y vestirme apropiadamente para la ocasión -pensé- ¿Comeremos pollo con papas doradas?
Hacia el fondo del salón, se abría una cueva rocosa. Vi una gran piedra de sacrificio. Allí, en el fogón, junto a la gran cocina de hierro, vi a Juan que trajinaba con leños, entre marmitas, vapores, enseres ceremoniales y antorchas que parpadeaban, cómplices.

Ahora, una fina llovizna borronea las siluetas de los transeúntes que pasan encorvados y con apuro frente al ventanal de calle Piedras y Avenida de Mayo.
Hinco mis dientes en la pizza esponjosa y la muzzarella hace hilos infinitos y pegajosos. El café recompone mi cuerpo ajetreado.
-Estoy en calle Piedras, no en la piedra de sacrificio -sonrío aliviada.
Mientras mastico más pausado, ahora voy desmigajando algunos signos y pares contradictorios para llegar a una síntesis más o menos lógica: luz/oscuridad; placer/sacrificio; agua clara y tibia/agua oscura y fría; pasadizos angostos/anchas escalinatas; pelota amarilla/pañuelo azul; lo perdido/lo recobrado; lo moderno/lo primitivo...
En la mesa contigua, un parroquiano ha abandonado la revista dominical del diario del 15/4/09. Un titular me llama la atención: "Dos turistas argentinas relatan sus desventuras". En el copete, Isla del Sol, en el Lago Titicaca.

Mientras guardo la revista en el bolsillo del anorak, palpo mi llave y la pasta dental.

viernes, 11 de febrero de 2011

Tenés olor a maestra

(Continúa)
La escuela -se dijo Silvia- está matando inquietudes, esa prístina curiosidad, esas ganas de saber.
Como en un primer acto en el teatro, vino a su memoria otra anécdota escolar.
-¡Muy mal, Magdalena!. Los árboles son verdes. No podés pintarlos de rojo. Tenés PSA (poco satisfactorio)
Y su hija, por rebeldía, pintó en su casa, fuera de la escuela, árboles color tanino en los otoños cordilleranos, margaritas verdes para deshojar, pastos azules al atardecer y cielos blancos de luna llena.

Ella sabía que las maestras tienen "la marca en el orillo". Son de fábrica así, locuaces, un poco histriónicas y con una pizca de picardía, tienden a explicarlo todo, con toda minuciosidad, poniendo en bandeja su corazón, hasta cansar un poco a sus alumnos.
¿Y ellos aprenden? ¿O se sienten apabullados con tanta cháchara? ¿Será por eso que van tan raudamente de la escuela a mandar msjs y TKM tmb o tespero en kasa para ver CQC?
Todavía no sabe cuál será el olor a maestra.
Silvestre aroma de lavanda limpia e inocente, aunque no naftalina.
Cítrico, con la acidez de los limones o con la dulzura de las naranjas.O quizás, fresco como la menta o la hierbabuena.
Tal vez, néctar de madreselva fiel.
Tranquila y persistente melisa.
O acaso, sutil aroma del rocío de las mañanas de primavera.

¿Y vos, qué pensás? Te propongo pensar en tu maestra, la que te marcó para siempre.
¿Cuál es el olor de una maestra?

jueves, 10 de febrero de 2011

Tenés olor a maestra

Se sorprendió mucho Silvia. Mucho y tanto, que no dejaba de pedirle explicaciones a su nieto.
-Joaquín, cuál es el olor de una maestra?
Él seguía olfateándola para descubrir ese aroma, insistente.
Estaban viendo, desde el sillón, una película de aventuras.
-No sé, a maestra, olor de "vieja loca" -sin sacar la vista de la pantalla.

El chico de la aventura estaba teniendo serios problemas sobre el hielo de la tundra de Alaska. Y ese viento tan pertinaz!
Se había resbalado sobre una plancha de hielo, que se quebró entre sus piernas. Debía esforzarse mucho para ponerlas en un sólo bloque. Se estaba deslizando peligrosamente, abriéndose, sobre patines de hielo. Claro, sin esa gracia tan etérea de las danzarinas.
Joaquín miraba el monitor, sin perder detalles y se reía cuando el chico sacó el celular y marcó.

-El movil está fuera del área de cobertura ...-le decía una voz metálica.
-Claro -pensó Silvia- en medio de esa inmensidad helada, no habría "home" que pudiera ayudarlo.
-¿Por qué decís "vieja loca"? - ella indagó porque esa afirmación estaba perturbándolaya.
-Mirá, abuela, ahora se le cayó el celu!!! -rió con ganas.
-Ojo, nene, que soy docente jubilada,pero no loca!!
-Y... eso está por verse -agregó sin pestañear.

Ahora los perros siberianos que acarreaban el trineo se acercaron para ofrecer ayuda.
También ellos estaban en peligro de hundimiento en las aguas heladas.

-No te lo voy a permitir!!! ¿Qué vieja loca tiene olor a maestra?
-Bueno, yo qué sé, la de Lengua o la de Sociales. Esas sí que son unas viejas locas.
Con sus once años dijo distraído, y haciendo un esfuerzo por concentrarse y no dejar de ver lo que sucedía sobre el hielo.

El peligro había pasado y ya los siberianos emprendían la marcha por una orilla pedregosa y nevada, llevando a cuestas, al niño entumecido de labios morados y dientes cantarines.

-Y la de Matemática, no tiene olor a maestra?
-No, ésa tiene olor a tiza, siempre escribiendo ecuaciones
Y siempre torurando a todo el grado con los corchetes y paréntesis.
Despejen todo el paréntesis de la derecha - la voz chillona le seguía taladrando los tímpanos.-X es igual a ..
Joaquín recordaba que ya había mecanizado la técnica. Por eso ese trimestre tenía SO (sobresaliente)

Nuevas aventuras en Alaska se sucedían y el chico estaba a salvo, por ahora.
Un tanto confundida la vieja maestra, no la maestra vieja, se alejó con parsimonia..
Ahora ella podía confirmar su hipótesis: "Los chicos hoy no tienen un vocabulario amplio... Habrá que hacer algo al respecto"
Su mente retrocedió en el tiempo, cuando para reforzar la descripción proponía ejercicios desde la Semántica, que es mucho más humana que la Sintaxis o la Morfología.
-Imaginen que tienen que explicarles a ET qué es un mate... -la consigna, "ejercicio para marcianos", pedía describir con todo detalle, forma, volumen, textura, aromas, sonidos, sabores, colores, sensaciones, funciones y usos, del objeto propuesto.
¡Cuántas dificultades, qué desafíos frente a la hoja en blanco!! -recuerda Silvia, cómo se divertían juntos, docente y alumnos.
Ella estaba realmente agradecida de todo lo que en su carrera docente había aprendido y vivenciado junto a sus alumnos.
-Seré vieja maestra, pero no "vieja loca" -reflexionaba, un tanto ofuscada.
Nuevamente resonaron en sus oídos los "vieja loca" y los "olor a maestra". En ese momento relacionó esas expresiones que la enojaban, con la pasión que una buena maestra debe poner en escena, en cada práctica áulica.
Transmitir, enseñar, formar, estimular. Sobre todo eso, estimular para la buena utilización del lenguaje y la lectura por placer.
-Un poquito de pasión! -una colega, Adriana, les decía en la sala de maestros.
-Joaco, pensaste en sensaciones olfativas? -le preguntó por teléfono.
-¿Qué? ¿Para eso me llamás? -un tanto molesto - Estoy con un amigo.
-Sí, si te surge algo, decime. Ahora dame con tu mamá.

Esta vez recordó cómo su nieto se había enojado con "la de Sociales".
-Yo le comenté a la vieja que en las ceremonias se cortaban para regar la tierra, viste?, por eso de los rituales a la "mapu", -le contaba a su papá
-Y me dijo que no hable más, que eso es ser muy violento -seguía furioso.
-Yo no voy a aportar nada más en clase... y no voy a hacer la tarea sobre los mapuche, tampoco -aclaraba con firma decisión.

(Continuará)´

miércoles, 9 de febrero de 2011

Mundosilvia

Ella es mi amiga, sí. Es inquieta, como una niña, aunque ya hace rato que dejó la niñez, la pubertad y la adolescencia. No es sexagenaria, más bien está acercándose a la sexalescencia, y se siente en las altas cumbres.
Como el significado de su nombre, Silvia es bosque poblado de árboles en confuso desorden intrincado; es vegetal que se renueva celebrando el sol de cada mañana; es como la parra que no está dispuesta a envejecer, reverdece en los zarcillos que crecen cultivando su propio estilo y madura en la plenitud de su cuerpo y su intelecto. Aprende cada día y disfruta todos los instantes; hace todo aquello que le gusta y deja de lado lo que la incomoda; en toda ocasión conoce, pondera y sopesa casi todos los riesgos de los desafíos que intenta.
Cocinaba para su familia ricos platos para saborear con su esposo y sus hijas. Tejía combinando los colores de la trama, como un pintor en su tela. Solía bailar ritmos variados y regocijarse con la buena música o la poesía de las canciones. Hacía mermeladas con los frutos silvestres; escribía algún relato, un poema, o un guión para un espectáculo de danza, luz y sonido. Era una poesía ver su jardín rebosante de colores y aromas, cuando hundía sus manos en la tierra fértil. Lo lúdico en apasionados gestos; la tarea docente la vigorizaba, empeñada todo el tiempo en transformar sus convicciones en acción. Porque ella fue maestra, y lo sigue siendo. Leía todo cuanto llegaba a sus manos y a sus ojos, cuando el tiempo se lo permitía, o cuando se daba permisos para tamaños placeres.
Hoy continúa con el mismo ímpetu, más distendida, más libre, claro. Aunque vive sola, no olvida a sus amigos. Con ellas, especialmente, tras largas confidencias, se destilan gramos de serotonina, y entre los muchachos, otro tanto de endorfinas. Porque Silvia tiene un aspecto juvenil, es deportista, y es sociable.
Es acuática, serpiente de agua, y es Sagitario, es fuego que la fascina y necesita el agua para desplazarse con la seguridad que le dan las aguas mansas y claras, aunque no estancadas o turbias, como necesita el amor que hoy tiene y la calma. Porque ella sabe de ternuras y del dulzor de los frutos maduros.
"Mundosilvia" irá desgranando en cada cucharada gorda, una pizca de anécdotas, un condimento de reflexiones, una sazón de emociones agridulces; luego se irán adobando las pulsaciones de la vida y se estarán tamizando recuerdos para hacer crecer ese bosque y develar los secretos que se esconden, como los gnomos, tras cada mata, cada enredadera, cada árbol.
Dejar reposar, y después servir.